LIBERTAD IGUALDAD

REPUBLICA DOMINICANA (1)

PROCLAMA

VALEROSOS DOMINICANOS:


Honrado con la confianza de la JUNTA NACIONAL del Gobierno de la República
¡Qué júbilo para un rancio soldado de la libertad, hallarse en medio de vosotros!¡Qué glorioso sería para él la ocurrencia de guiaros contra un enemigo que en algo correspondiera al noble fuego que os anima! Pero, ¿Cuáles son vuestros enemigos? ¿El ético gobierno de España que no tiene una gota de sangre que derramar? Serán, acaso, algunos perversos (2) o traidores que todavía por su mala fortuna están mezclados entre vosotros? ¿No reparáis, amigos, cómo de antemano están preparándose ya para huir? Huyan pues enhorabuena para nunca jamás volver a aparecer; este es el mejor partido que les queda. Pero si algunos de ellos son tan atrevidos, que quieren levantar la cabeza, vosotros les veréis entregarse en vuestro poder implorando el perdón de vuestra generosidad. El ruido solo de vuestras armas bastará a esto. A las armas, pues hermanos, a las armas; cualquier instrumento sirve de arma (3) a un republicano: a las armas y obtendréis la libertad y la paz interior; guerra, guerra a muerte contra el gobierno Español y sus secuaces (4): hostilicémosles lo posible hasta que reconozcan nuestra independencia. ¡Viva la religión! ¡Viva la Libertad! ¡Viva la República Dominicana!

Cuartel General de Montecristi
1821 año primero de la independencia

El Coronel Comandante de la División del Norte

CARLOS ARRIEU
(Copiado de “Invasiones haitianas de 1801, 1805 y 1822”, Emilio Rodríguez Demorizi página 29; editado en 1955
1- La palabra “REPÚBLICA DOMINICANA” aparece escrita en este documento datado en 1821. Emilio Rodríguez Demorizi que dijo haberlo encontrado en la Universidad de Harvard, Estados Unidos de Norteamérica, afirma que “la insidiosa proclama del jefe de escuadrón Charles Arrieu –a quien debemos recordar como uno de los primeros quintacolumnistas de los tiempos modernos- citado por el doctor Price Mars como uno de los agentes de Boyer en la política de unificación de la Isla bajo la bandera haitiana”(página 28) cerró todo análisis remitiéndose a la opinión de Leonidas García Lluberes, hijo de José Gabriel García y, como él, hombre de la Iglesia Católica. Este dijo: “Lo de República Dominicana es pura coincidencia verbal que en nada afecta la designación nacional adoptada en 1844”. El debate quedó cerrado por la intelectualidad adocenada bajo la dictadura criminal de Rafael Trujillo en ese mismo “Año del Benefactor”. La comunidad científica está invitada a reabrir el debate.

2- Charles Arrieu, en su condición de “quinta-columna” podía ser un “pescador en río revuelto”, pero es innegable que existía un movimiento por la soberanía e independencia de los dominicanos en junio de 1820 cuando el gobernador Kindelán advirtió a los “Fidelísimos habitantes y naturales” sobre el riesgo que corrían si interpretaban los principios de libertad, igualdad, independencia como se manifestó en 1812 cuando fueron muertos los negros y pardos encabezados por José Leocadio, Pedro de Seda y Pedro Henríquez. “…espíritus inquietos y revoltosos que dando de la libertad civil y de la igualdad una interpretación errónea propagan entre los incautos ideas peligrosas que si no se atajan a tiempo puede llegar a producir espinas y abrojos”

El historiador haitiano Charles Celigni Ardouin, funcionario en Santo Domingo desde 1827 a 1830 del gobierno de Boyer, afirma que “una insurrección estalló en Montecristi. Algunos aventureros de Costa Firme, que poco antes habían visitado nuestras ciudades, parece que fueron los instigadores del movimiento, que, por otra parte, no logró más que despertar los espíritus sin producir resultados inmediatos”. “Histoire d`Haiti”. Compárese con las afirmaciones del mismo José Núñez de Cáceres sobre el movimiento revolucionario que había estallado en Montecristi, Dajabón al cual había que “salirle al encuentro” para conjurarlo antes de que llegue “a nosotros talvez mucho más cargado de funestos materiales recogidos en su tránsito” (Emilio Rodríguez Demorizi “Santo Domingo y la Gran Colombia”)

3- La preocupación de desarmar a la población estuvo todo el tiempo presente en las filas contrarrevolucionarias del gobernador Kindelán “Bando de Francisco Tapia” y en José Núñez de Cáceres en su proclama a los “Valerosos dominicanos y amados compatriotas” donde dice: “Se hace forzoso que nadie se presente en las calles de día ni de noche armado”. Véase el texto completo en “Santo Domingo y la Gran Colombia” página 63 hasta 67. El llamado a empuñar las armas formulado por Charles Arrieu correspondía a las necesidades del movimiento revolucionario democrático antiesclavista de los dominicanos que no podía confiar ni esperar que el movimiento revolucionario español tomara en sus manos decisiones que competían a los oprimidos de la nación dominicana.

4- El movimiento a favor de la independencia con relación a España es obvio que era alentado por revolucionarios de América del Sur. Existe constancia de que en 1810, en la llamada “Revolución de los italianos” participó el venezolano Castaños. Este no fue un hecho fortuito. Correspondía a una visión estratégica de la lucha contra la dominación española en todo el continente. Por tanto merece ser ponderado objetivamente el dato aportado por el autor de “Etudes sur l´Histoire d´Haiti “. Los revolucionarios actuaban como corsarios en el mar Caribe atacando los barcos españoles y distribuyendo proclamas a favor de la ruptura con España en las islas de Cuba, Puerto Rico y en la colonia de Santo Domingo.

Seguidores